"Con el jabón en una mano, y la Biblia en la otra"

21.03.2020

1. REVOLOTEABA EN MI CABEZA

No podía ignorar esta palabra que estaba llegando a mi mente tan continuamente desde hace 2 semanas. Luego empieza a ocurrir toda este crisis a nivel mundial (Del COVID-19) de manera exacerbada y pienso: Dios, ¿qué debemos hacer?. La palabra a la que me refiero es la de «Santificarse». Pensé: Santificarnos, ¿Santificarnos?, ¡Santificarnos!. Comencé a repasar nuevamente un poco sobre esta palabra, y les quiero solo mencionar algunos datos antes de que te cuente por qué escribo este artículo para ti.

"Santificar", es usada 106 veces en el Antiguo Testamento y 31 veces en el Nuevo Testamento y significa «poner aparte», o el estado de separación. Tiene que ver con posición y relación. La base de la clasificación es que la persona o cosa ha sido puesta aparte, o separada de los demás en posición y relación delante de Dios, de lo que no es santo. Este es el significado general de la palabra.

Entonces, para poder comprender lo que es "Santificarse", tenemos que empezar por reconocer que Dios es Santo, Santo, Santo, él es el estándar de perfección, órden y limpieza o pureza. Los vocablos hebreo y griego para "santidad" transmiten la idea de puro o limpio en sentido religioso, apartado de la corrupción. La santidad de Dios denota su absoluta perfección moral, y solo él determina lo que es santo, santificado, separado para él, sagrado.

¡Te cuento un poquito!, bíblicamente, en el Antiguo Testamento la palabra hebrea para "santificarse", muchas veces, se usaba en el sentido de:

1. Prepararse, disponerse o hacer, por estar en condición apropiada. Ejemplos como en Números 11:18 y Josué 3:5. En todos los casos la expresión tiene un sentido ritual, espiritual y moral.

2. Librarse de cualquier cosa que le desagrada a Jehová Dios o que es malo a sus ojos, como la inmundicia física. (Éx.19:10, 11.)

3. Purificar o limpiar (2 Samuel 11:4)

4. Separarse de las naciones del mundo y limpiarse de sus prácticas; (Le 11:44.). Con ese fin, le dio leyes, que incluía hasta los tipos de alimentos adecuados, porque Dios quería un pueblo santo como él, separado de toda corrupción, oscuridad y maldad.

5. En el Nuevo Testamento, su significado principal es el de separación en consagración y devoción al servicio de Dios. Con esta palabra está relacionada la idea de que aquello que se pone aparte del mundo y se dedica a Dios debe separarse también de la corrupción del mundo y participar de la pureza de Dios. Eso es santificarse.

             Tan solo con esta parte, yo puedo ver el carácter de Dios de santidad y su amor tan profundo al dirigir a su pueblo, su creación a "santificarse", es decir, separarse de lo malo, limpiarse, purificarse, ser diferentes, participar de su pureza, librarlos de todo aquello que les haría daño, tanto física, moral como espiritualmente. ¡Qué Dios tan amoroso! Otra observación es que también se trata de poner de nuestra parte, cooperar y disponernos a santificarnos para así ser un pueblo gobernado por un Dios santo, no corrupto, que se note que estamos bajo su amoroso y santo dominio. Se trata también de ejercer el dominio propio que nos ha sido dado para ser intencionales con Dios en obedecerle y perseguir la santidad sin la cual no podremos ver jamás a Dios. (Hebreos 12:14)

2. ¡VIVAMOS UNA SANTA CUARENTENA!

¡Santifica su nombre!, es decir, mantén ese nombre en su lugar adecuado como separado y más alto que todos los demás. (Le 22:32; Isa 8:13; 29:23.) Jesús enseñó a sus seguidores que el fin más alto por el que orar es: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre [o, "sea tenido por sagrado; sea tratado como santo"]". (Mt 6:9, nota.)

Él quiere el bien para ti, su voluntad es tu santificación (1Tesalonisences 4:3), que te apartes de fornicación y que te abstengas de las prácticas pecaminosas como éstas: Mira la lista en Gálatas. 5:16-23

La verdad es que, Dios efectúa en cada uno de los que forman parte de su pueblo santo, una continua santificación, por ejemplo, a través de los eventos que permite en nuestra vida y del trabajo interno de su Espíritu Santo en cada creyente, sin embargo, a lo largo de la escritura, puedes ver que esto es una obra de Dios en la cual también cooperamos, eso lo puedes ver en, por ejemplo, las repetidas admoniciones en contra del mal y las tentaciones, ser activos en evitar los peligros de la vida. Somos exhortados a vivir una vida santa, ser diligentes en el empleo de los medios para el mejoramiento moral y espiritual de nuestras vidas.

Hebreos 12:14 dice que debemos seguir la paz, y la santidad, ya que sin eso, no podremos ver a Dios, ¡jamás!. En 2 Timoteo 2:21-22, Pablo le aconseja a este joven que se limpie de iniquidades y de impiedades, de vanas y profanas palabrerías, para lograr ser un instrumento de honra, santificado, útil a Dios y dispuesto a toda buena obra. Le dijo: ¡Huye! De las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.

¡Vamos a limpiarnos el corazón! Aprovechando estos días para santificarnos, es decir "separarnos con un propósito santo", para apartarnos para él. Todos estamos encerrados, pero esto no es casualidad, es necesario que nos humillemos delante de él, nos volvamos a él, porque ya nos dimos cuenta que el ser humano no puede controlar todo, solo Dios. Seamos intencionales con Dios. Oigamos hoy su voz y tomemos esto de estar "apartados en casa" como apartados para Dios, para no solo desinfectarnos y lavar nuestras manos con jabón, sino también el alma delante de él, el corazón. Así como David dijo: Crea en mí un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmo 51:10.

3. ¿SERÁ QUE HAY UN PARECIDO EN ESTA HISTORIA?

Por otro lado, he oído decir que, debido a esto del COVID-19, la tierra está descansando un poco ahora, que la tierra respira y los animales descansan. Y ¿saben?, vino a mi memoria, algo que pasó con Israel, el pueblo de Dios en el A.T cuando no obedecieron a Dios en cuanto a guardar los días de descanso, que eran tanto para ellos como para la tierra, el suelo, los animales. Esto lo puedes revisar en (Levítico 25 - Éxodo 23:10, 11). Dios les había ordenado que descansaran 1 día de cada 7, 1 año de cada 7, 2 años de cada 49(Jubileo), ellos debían dejar descansar la tierra de labranza cada séptimo año, ya que eso le daría a la tierra la oportunidad de recuperar su vitalidad y proveería una cosecha no programada para que los pobres tomaran de ella. 

Es decir, todas estas leyes que Dios les había dado era por el bien de ellos, por el bien de los animales, por el bien de su espiritualidad con Dios, por el bien del suelo, por el bien de los más vulnerables y ellos, desobedecieron. Ignoraron por 70 años estas indicaciones y luego entonces, llegó un día de terrible retribución. Nabucodonosor, el rey de Babilonia, vino a Judá y ejecutó a aquellos que se habían rebelado contra él. Hubo otros que fueron llevados cautivos a la esplendorosa ciudad de Babilonia. Mientras tanto, la tierra de Israel quedó en ruinas, y mira lo que dice en 2 Crónicas 16:21: "hasta que la tierra disfrutó sus sábados. Porque todo el tiempo de su asolamiento reposó". Al final de los 70 años cautivos (Exactamente el tiempo en que ellos ignoraron tanto a quien decían ellos creer, o sea a Dios), los sobrevivientes regresaron a Canaán a replantar la tierra prometida y a reconstruir Jerusalén.

Estoy segura que como Dios es Soberano, hábil, omnisciente, sabio, y no se le escapa nada, todo esto que está aconteciendo en el mundo es algo que Dios usa en su soberanía por el bien de su creación, incluyéndote a ti. Que descanses, que pares, que veas como todo se afecta por el exacerbado activismo, consumismo y movimiento económico, que veas que Dios puede usar algo tan pequeño, como un virus, para llamar nuestra atención, de la manera que menos nos gusta, para detenernos y que hasta tú, los animales y el suelo puedan algo descansar.

Esto lo traigo a colación, porque Dios siempre está hablando, pero ignoramos su voz y entonces, suceden cosas que nos estremecen para darnos cuenta que DEPENDEMOS DE DIOS (No de la economía, ni de la tierra), que ÉL NOS CREÓ, que ÉL ES SOBERANO y que tú y yo, solo somos una creación que NECESITA aprender a estar bajo el dominio santo y amoroso del Creador. Que todo está conectado y que el ser humano, creado a imagen y semejanza de él, necesita volver a él para vivir en esta tierra, su tierra, de la manera correcta.

"Tenemos que aprender a ser un verdadero Pueblo de Dios, en la tierra de Dios (Y todo lo que esto último incluye)"

Ahora, volviendo al PUNTO 2, vivamos una santa cuarentena, santifícate, es decir, sepárate para Dios, para que te limpie, ya sea en el secreto de tu casa, habitación, a solas o en familia, acércate a Dios y como dice en 2 Crónicas 7:14, vamos a humillarnos delante de él, orar (Arrodíllate si es posible), buscarlo y abandonar nuestras malas conductas (conductas como, ignorar a Dios en cuanto al descanso y protección de los más vulnerables, de la tierra, de los animales, y las demás conductas que Dios te revele) y dice este pasaje que luego de eso, ÉL NOS ESCUCHARÁ desde el cielo, PERDONARÁ nuestro pecado y RESTAURARÁ nuestra tierra.

Es mi deseo que haya un arrepentimiento genuino, es decir, un cambio real, que te devuelvas a Dios y a la Escritura, su palabra, empieza por el libro de Juan, medita en ello, porque allí encontrarás vida, que nuestra alma a él se apegue, que él sea el centro de nuestros afectos y nuestro tesoro y entendamos que solo en él podemos volver a la inmortalidad, eso es vida eterna. Que solo es posible a través del sacrifico de Cristo en la cruz, su vida, muerte y resurrección. Cree hoy.

¡Sí! ÉL puede detener esto del COVID-19, él puede, porque él es poderoso, Dios, ¡él es Dios!. Pero hoy estamos siendo convocados a tomar este espacio de tiempo para santificarnos y sabiamente esperar su restauración, en activa lealtad desde ahora y para siempre.


Ya sabes, este tiempo además de ser para tu higiene y salud física, es también un tiempo para tu higiene y salud espiritual que solo será logrado por la palabra de Dios y nuestra actitud de oración y arrepentimiento delante de él. 

¡Con un jabón en una mano y la Biblia en la otra!.


Medita en estos versículos:

Hebreros 11:6 «Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan. »

Romanos 12:1 «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. »

2Corintios. 7:1 «Teniendo estas promesas, ellos deben limpiarse «de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios»

Gálatas. 5:16 «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne»

Josué 22:5 «Y esfuércense por cumplir fielmente el mandamiento y la ley que les ordenó Moisés, siervo del SEÑOR: amen al SEÑOR su Dios, condúzcanse de acuerdo con su voluntad, obedezcan sus mandamientos, manténganse unidos firmemente a él y sírvanle de todo corazón y con todo su ser».

Salmo 119:7 «Te alabaré con integridad de corazón, cuando aprenda tus justos juicios».


Confíen en él. Reciban su abrazo.

Te saluda,

Magdy.



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